Reconocida y apoyada por Montale, Quasimodo y Passolini, la italiana Alñda Merini, candidata al Nobel, hizo una temprana aparición en la primera línea del panorama poético italiano en los años cincuenta. Poco después inició una larga temporada —al menos dos décadas— de regulares visitas al manicomio, espacio cerrado al que da el nombre de "Tierra Santa". El volumen que ahora se acerca al lector es, pues, una selección de poemas de la locura y sobre la locura y los internos del manicomio. Piezas de marcado cariz narrativo que una y otra vez reinciden en los mismos asuntos, de la mano de una rica imagineraía que algunos comentaristas insisten en vincular con el carácter esquizoide de la autora. Son sin dudas comentaristas engañados por las apariencias, que aceptan la posibilidad de segregar fluidos artísticos desde lo que se conoce como absoluta normalidad. En fin, toda esta peripecia produce en Merini versos como los que abren el poema "Nuestro triunfo":

"El pie de la locura
está manchado de azul,
con él habitamos emigrado
por los montes de la ascensión,
el pie de la locura
nada tiene de divino
pero la mente nos lleva
a través de blancas laderas
donde solloza la nieve
crece el sabugo,
gime el cordero..."